Viviendo
en una sociedad donde la tasa de pobreza sobrepasa el 34 % de la
población total y considerando que los pocos que conforman el grupo de
los afortunados amasan una botín que en muchas ocasiones supera el de un
adinerado común de países que “por mucho” son más desarrollados que nosotros,
procedo a presentar mi parecer acerca de esa desfallecida porción de la población
que se ubica justamente en lo que llamo “el limbo de las clases sociales”; la
clase media.
Acápite:
Todo lo expuesto en
las presentes líneas representa únicamente mi muy personal percepción acerca de
las clases sociales en la Rep. Dom., no forman parte de ningún proceso de investigación,
ni está avalado por ninguna institución gubernamental, izquierdista, ni de oposición
– hecho utópico en el país-. Sin embargo, al final les dejo el enlace del un estudio
realizado por el Banco Mundial, el cual habla de los niveles de pobreza del país
y otras precariedades, para que lo leas, lo analices y te sigas creando
preguntas.
La
clase media es el sector social que más padece, pues ellos conocen las bondades
que goza la clase alta y hasta las ha probado, pero no tiene lo suficiente para
vivir como esta.
La
clase baja se protege en la ignorancia pues es imposible sufrir por lo que no
se conoce. Mientras que los ricos disfrutan los placeres a espaldas y con el
mayor de los desintereses por la realidad de los demás.
Vemos
entonces a la clase media en un punto "medio"; el punto medio es la nada y en esa
nada vivimos creyendo tenerlo todo bajo control.
Sobre
la clase media cae el peso de un grupo que sufre de amplias precariedades y que no
podemos (al menos no de forma definitiva) ayudar, pero también recaen las
excepciones que a modo de burla le facilitan a los de arriba.
No soy
una pesimista, siempre acostumbro a buscar el lado positivo de las cosas, pero
toca afrontar la realidad aun cuando esta no nos agrade. Toca abrir los ojos y ver
la conocida novedad que quiero mostrarles, pues este es un hecho que todos
conocemos pero de lo que fingimos no estar al tanto.
Sin embargo
debo admitir que fuera de la rabia, la impotencia y la decepción que me arropa ante todo eso, siento pena:
Pena
por la clase baja que disfraza de conformidad su falta de ambición y sus pocas
ganas de superación; su miedo a perder lo que no tiene, porque mientras sea
dominada nada le pertenecerá.
Pena
por la clase alta que maltrata a su antojo, se aprovecha de todo y de todos y
deja en otras manos el esfuerzo y el trabajo, recogiendo luego con sonrisa
burlona el fruto de la labor ajena.
Pena
por la clase media, esa clase jodida que se cree dueña del mundo cuando la
balanza se inclina a su favor. Que se deja dominar y que oprime sin
misericordia cuando tiene una oportunidad.
Pena
por todos. Pena por la sociedad que no exige lo que merece y que se entretiene
con facilidad, que vive en guerra consigo misma y jura amar al reino animal. Que
no cuida su hábitat y que destruye a la humanidad.
Pena
de los humanos que buscan respuestas y no saben preguntar, que con todos estos años
de experiencia aun no han aprendido a amar.
Si esperabas
una respuesta o una solución en estas líneas, no las encontrarás. En esta ocasión no busco
informar, solo quiero cuestionar y así animarlos a buscar sus propias
respuestas. Ojalá y les haya servido.
A continuación el
enlace del Banco Mundial:
I. Paredes :)
Sep
24 2015