martes, 5 de julio de 2016

Tú, mi musa tonta


- ¿Por qué no escribes algo para mí?
Me dijiste.

Yo quise responder que eres el verso en el que riman todos mis sonetos,
La prosa de todas mis poesías,
La inspiración de esos textos que decían:

“Ven y vístete con mi piel
Arranca el insomnio de esta madrugada  fría
Que aunque mañana me sepa a hiel
Hoy quiero que tu respiración sea mía”.

Giré los ojos hacia la derecha y me encontré frente a los tuyos; verdes, capaces de hacer al más ecológico provocar un incendio forestal.

 - “Bueno…” Alcance a decir. Carraspeé.

Y en mi cabeza te explicaba que era a ti a quien gritaba en “Esas noches sin luna”, que fueron tus dedos los que acariciaban y fortalecían el débil cuerpo de la “Enamorada del amor”. Que fue tu corazón el que resucitó a “El ruiseñor” y que fueron tus pupilas las que reflejaban “El lago de mis alegrías”.

Tenía muchas ganas de decirte todo eso, pero recordé que a ti también debía “Con tu ego somos tres” y “Separados para no ser demasiados”, así que me contuve. Respiré y con una pseuda sonrisa, dije: “Disculpa, pero no gobierno mi musa”, acto seguido halagué tu pelo.

Así pasó, como siempre, con una verdad que se presta a confusión, me libré de muchas incómodas preguntas. 

I Paredes :)
Julio 2016