jueves, 24 de septiembre de 2015

Clase media, 100 % jodida


Viviendo en una sociedad donde la tasa de pobreza sobrepasa el 34 %  de la población  total y considerando que los pocos que conforman el grupo de los afortunados amasan una botín que en muchas ocasiones supera el de un adinerado común de países que “por mucho” son más desarrollados que nosotros, procedo a presentar mi parecer acerca de esa desfallecida porción de la población que se ubica justamente en lo que llamo “el limbo de las clases sociales”; la clase media.
  
Acápite:
Todo lo expuesto en las presentes líneas representa únicamente mi muy personal percepción acerca de las clases sociales en la Rep. Dom., no forman parte de ningún proceso de investigación, ni está avalado por ninguna institución gubernamental, izquierdista, ni de oposición – hecho utópico en el país-. Sin embargo, al final les dejo el enlace del un estudio realizado por el Banco Mundial, el cual habla de los niveles de pobreza del país y otras precariedades, para que lo leas, lo analices y te sigas creando preguntas.

La clase media es el sector social que más padece, pues ellos conocen las bondades que goza la clase alta y hasta las ha probado, pero no tiene lo suficiente para vivir como esta.

La clase baja se protege en la ignorancia pues es imposible sufrir por lo que no se conoce. Mientras que los ricos disfrutan los placeres a espaldas y con el mayor de los desintereses por la realidad de los demás.

Vemos entonces a la clase media en un punto "medio"; el punto medio es la nada y en esa nada vivimos creyendo tenerlo todo bajo control.

Sobre la clase media cae el peso de un grupo que sufre de amplias precariedades y que no podemos (al menos no de forma definitiva) ayudar, pero también recaen las excepciones que a modo de burla le facilitan a los de arriba.

No soy una pesimista, siempre acostumbro a buscar el lado positivo de las cosas, pero toca afrontar la realidad aun cuando esta no nos agrade. Toca abrir los ojos y ver la conocida novedad que quiero mostrarles, pues este es un hecho que todos conocemos pero de lo que fingimos no estar al tanto.

Sin embargo debo admitir que fuera de la rabia, la impotencia y la decepción que me arropa ante todo eso, siento pena:
Pena por la clase baja que disfraza de conformidad su falta de ambición y sus pocas ganas de superación; su miedo a perder lo que no tiene, porque mientras sea dominada nada le pertenecerá.

Pena por la clase alta que maltrata a su antojo, se aprovecha de todo y de todos y deja en otras manos el esfuerzo y el trabajo, recogiendo luego con sonrisa burlona el fruto de la labor ajena.

Pena por la clase media, esa clase jodida que se cree dueña del mundo cuando la balanza se inclina a su favor. Que se deja dominar y que oprime sin misericordia cuando tiene una oportunidad.

Pena por todos. Pena por la sociedad que no exige lo que merece y que se entretiene con facilidad, que vive en guerra consigo misma y jura amar al reino animal. Que no cuida su hábitat y que destruye a la humanidad.

Pena de los humanos que buscan respuestas y no saben preguntar, que con todos estos años de experiencia aun no han aprendido a amar.

Si esperabas una respuesta o una solución en estas líneas, no las encontrarás. En esta ocasión no busco informar, solo quiero cuestionar y así animarlos a buscar sus propias respuestas.  Ojalá y les haya servido.

A continuación el enlace del  Banco Mundial:


I. Paredes :)


Sep 24 2015